"...Oh, gioia che si sente, e non si dice!"
"La célebre “Aria de la locura” de Lucia di Lammermoor es una de las unidades dramático-musicales más elaboradas, complejas y preciosas de toda la historia operística. [...]
La escena se presenta como un gran tableau en forma de scena, coro, ensemble ed aria, que aparentemente respeta el esquema formal de la escena. [...] Se inicia con un breve coro que comenta la apariencia sepulcral (“Oh Giusto cielo! Par dalla tomba uscita!”) de Lucia, cuando ésta entra en escena tras haber asesinado a su marido. El motivo del cuarteto de trompas del preludio de la ópera y un motivo en las flautas introducen el recitativo “Il dolce suono mi colpì di sua voce!...”. [...] El primer Andante de la escena (“Il dolce suono...”) aparece como un cantábile de orquesta en el que la voz participa ocasionalmente o del cual se distancia enunciando frases a modo de recitativo. Nueve compases en tempo de Allegretto citan por primera vez el motivo evocativo del primer acto (“Verranno a te sull’aure”), sin texto y sin voz, entonado lejanamente por la flauta y el clarinete en el registro agudo.
El ilusionismo generado por el motivo evocativo da lugar al Allegro vivace (“Ohimè!... Sorge il tremendo fantasma e ne separa!”) que introduce la visión del fantasma, un arrebato con el máximo grado de patetismo que podríamos adscribir tanto a una aria di bravura como a un recitativo accompagnato. Tras un nuevo recitativo comienza el segundo Andante (“Ah, l’inno suona di nozze!...”), donde la alucinación de la supuesta boda combina un canto que alterna el estilo recitativo con agilidades virtuosistas sobre un expresivo motivo de la orquesta. Esta sección penetra en el primer compás del Maestoso con el que comienza la cavatina propiamente dicha (“Ardon gli incensi... splendono le sacre faci”), en la que se interpolan continuos comentarios de Normanno, Raimondo y el coro. Es usual concluir esta cavatina con un diálogo sin palabras entre la flauta solista y la voz de Lucia, ambas como voces-instrumentos, y una segunda cita del motivo evocativo mencionado, interpretado por Lucia sin texto. La escena continúa con el tempo di mezzo, al que se suma Enrico, y la cabaletta final (“Spargi d’amaro pianto...”)."
Gabriel Menéndez Torrellas, "Historia de la Ópera"